domingo, 6 de enero de 2013

Era un final necesario.

La herida se cura pero la cicatriz permanece y día tras día recuerdas por qué. Y es que las ilusiones me matan pero vivo de ellas. A tu princesa de chicle ya se la esta masticando otro. Y ahora vivo de esfinar cenizas que en su día fueron caricias dulces de caramelo.
Ayer pisé esa cafetería tan nuestra, la de la esquiña con el letrero rojo y dos escalones resbaladizos; me trajo tantos recuerdos pero a la vez noté un vacio, noté que no tenía esa gracia sin ti, noté que el humo me empregnaba como siempre y mi tabaco fluía como el café con leche y chocolate pero todo era diferente. La gente era la misma pero faltabas tu, el puzzle esta incompleto. Y tal vez, solo tal vez, no pise jamás ese sitio. Como entrar a un vacio lleno de miradas y susurros. Te necesitaba para vivir pero ahora no te puedo no ver. Mi coffee sabe mejor sin ti; he encontrado un sustituto a tus besos, el tabaco y la fiebre me cortan los labios igual que tu. Tus caricias son inecesarias, las piedras no necesitan cual contacto humano.