Nadie ha pensado hoy en ti; date cuenta. Nadie te ha preguntado si hoy te apetece reír, llorar, hablar o simplemente, callar y mirarle a los ojos las horas que hagan falta antes de que se duerma. Nadie a sabido percibir tus ganas de comerte el mundo, ni han sabido tampoco aprender a notar que los dolores ajenos no son siempre físicos. NADIE.