
Como cualquier principio, lo que más cuesta es arrancar, asusta ver una página en blanco con un monton de ideas en la cabeza y no poder expulsarlas a la vez; quieren salir todas y hacen un bulto que lo que provoca es un lapsus continúo. Los principios también duelen, tal vez más que los finales, y duelen porque todo es tan bonito que es irreal. Porque el perdón llega al final, cuando ya nada duele, cuando todo esta echo pedacitos. Todos tenemos problemas a esta edad, nos creemos el centro el universo, somos idiotas, somos una de las peores generaciones, hacemos lo que deseamos, y después de tantos problemas, uno tras otro, me digo ''Tia, él era mi problema favorito''. La verdad es que desde que te fuiste he querido irme yo también, pero, en cambio, he estado visitando otras camas; por el ridículo temor a olvidarte. Simplemente me he puesto a contar, a contar las heridas externas, pero curiosamente no había nada que contar, en cambio, cuando me puse a contar cada lágrima, perdí la cuenta. También noté que desde que te fuiste, me sobra un calcetin, un cojín y media almohada. Hay días como hoy, que lo que mejor alivia el dolor es una botella, una planta mucho sexo. Pero sexo por despecho. Para sentirme yo misma; todo porque el tiempo pasa, pesa y no cesa. Y con el tiempo seré más o menos yo, así que por el momento, me merezco vivir plenamente el momento. Notas que te pierdes en las ideas, que nada es real, que has perdido el ilo del vivir. El espejo en el que te miras te dirá como tú eres, pero nunca te dirá los pensamientos que tienes. Y hay veces que notas que el papel es tu mejor amigo. Escribir cartas sin destinatario, ¿para qué? Pues para sentirte bien, para disfrutar de la vida. Al fin y al cabo, lo que uno escribe pocos lo leen y de esos pocos, menos aún entienden el verdadero significado. Y lo bonito es volver a esa etapa de las notitas de amor, con mimitos y cariños, ahora solo es sexo. Simplemente, cariño, él te favorece como cicatriz, como nada más. Y es que somos así, imperfectos, sedientes de placer y amor, pero, ¿qué amor? Si solo con un paso se convierte en odio. Nadie me besará como tú, que nunca me besaste.