lunes, 29 de abril de 2013

4 Ases en la manga.




Amores naufragados:







Calmate, pidete una copa, bien cargada, sobretodo que sea la más cara. Pide un cenicero, saca el paquete de Gamour, saca un cigarro, enciéndelo, saborealo. Cuando venga el camarero coquetea un poco con él, hazle reír, que te haga reír, disimulemos un poco. A parte de la copa, pide un chupito de tequila, preguntale al camarero a qué hora sale y si tiene planes,¡OH! Aún mejor, deja que lo haga el, pide otro chupito, también de tequila, pero dile que esta vez deje la botella. Lo único que ronda por la cabeza de aquel camarero que no puede apartarte de sus pensamientos es el por qué esta sola un dama, ''una damisela en apuros'', pensará; cuya única salvacioón es una botella de tequila, ''su principe azul''. Y él pobre camarero no cesa en buscarte con la mirada cada 5 minutos, y lo único que le vas a ofrecer va a ser una sonrisa traviesa. Se acerca, viene con un vaso de Jack Daniel's ''invita la casa'', se limita a decir. Se siente la lujuria en el acto y se puede cortar con un alfiler. Él, muy ingenuo hombre dice que sale a las 10 y media, y se ofrece a invitarte a tomar otra copa, o tal vez a cenar en un lugar más intimo. HA-HA. Es tu turno preciosa. En cuestión de segundos te tomas el Daniel's mirandole y sonriendole divertida, apagas el cigarro del que solo fumaste la mitad, y, sin pevio aviso sacas del escote un montón de bitelles de 50 dólares y lo arrojas sobre la mesa. ''Puedes quedarte el cambio''.