
Diferente es, el hecho que te miro pero no te veo. Y lo cierto es que le estoy contando mis penas a un folio que sinete más por mi que tu. La cosa es que tu no entiendes como pasa el tiempo y a mi no se me pasa. Puedo superar una herida o un empujón pero los sentimientos son el arma más fuerte, la cual me supera. Puedo hablar de ti llorando, riendo, con ironia, con palabras feas, pero todo llega al mismo sitio, el estado de
''me arrebataste lo que era mio''. El mismo banco, el mismo arbol, tantos sentimientos puros en la misma persona. Desde que no dormimos juntos ya no duermo, te juro que no lo hago, me he acostumbrado a las noches junto a ti. Enfadada por el boulevard enciendo un cigarro. Creemos que podemos ser más felices sin ellos, pero no. Porque no es lo mismo pedirle al camarero un Martin Miller porque sabes que él llegará y al besarle le sorprenderas con su sabor favorito que pedirte un ron cualquiera porque lo único que te apetece es quemarte la garganta para no volver a gemir su nombre nunca más. Es una locura odiar todas las rosas solo porque te has pinchado con una, renunciar a todos tus sueños solo porque uno no se a cumplido,
no creer en el amor solo porque una persona no te quiso. Siempre pensé que yo era una persona fuerte; que sabia distinguir entre lo que merece la pena y lo que no. Estaba convencida de que nunca me dejaría engañar, que mi orgullo superaría todo lo que se pusiese en mi camino. Asta que apareciste tu. Con tus palabras bonitas, vacias claramente. Con tus falsas promesas, con ese cuerpo y esos momentos de placer, y yo, claro, ¿por qué no? Me dije. Serás miles las personas las cuales te quitarán la respiración, pero el que te recuerde que tienes que respirar es con el que te tienes que quedar. Y, por cierto. Tu alegrate de ver el amanecer y no compliques todo lo que es simple, te lo dice el tiempo.